Últimas Noticias
Cargando...
domingo, 13 de octubre de 2013

La academia volvió a jugar mal y dejó escapar dos puntos de oro en condición de local. Fue 1-1 ante Las Palmas. Sebastián Vezzani abrió la cuenta para el dueño de casa y Gustavo Gotti lo empató faltando veinte minutos.




Ser y parecer, reflejos de un Racing que deambula entre el protagonismo y la intrascendencia. Por momentos parece un equipo consolidado y bien ensamblado, fisica y futbolísticamente. Pero termina siendo un equipo apático, predecible y sin recursos que juega -como hoy- un primer tiempo sin fisuras y un segundo tiempo horrible. Así, sin término medio ni explicación alguna.

Es que éste Racing no sabe para qué está. No tiene un patrón de juego definido, y por ende no responde a ninguna lógica. En un fútbol tan competitivo como el actual es imposible jugar sin delanteros, y Racing jugó hoy sin delanteros. Porque ni Pavón ni Arguello son una referencia en el área, por característica, ni uno ni otro termina una sola jugada mano a mano con los centrales o el arquero rival. 

La proporción entre lo que genera y lo que concreta es siempre la misma: escasa. Una primera parte de partido jugando de manera inteligente, aprovechando los espacios que dejaba Las Palmas en esa zona neurálgica que va desde la defensa a la línea de volantes, y yendose al entretiempo ganando por la mínima diferencia tras el gol de Vezzani de penal. Mas allá de esa jugada puntual, Racing había mostrado síntomas de mejoría, había logrado neutralizar a Ocampo y a Gotti, lanzador y receptor recurrentes en todas y cada una de las aproximaciones del "Azul".

En ese contexto, el equipo de la dupla técnica marcaba claras diferencias de jerarquía. La vehemencia con la que los jugadores visitantes disputaban la pelota, y la pésima labor del árbitro, Federico Cejas, fueron llevando el encuentro a un grado de agresividad difícil de controlar. Ni el juez principal ni los asistentes estuvieron a la altura de las circunstancias, especialmente en el reparto de las tarjetas. Pero esa es una historia que repasaremos mas adelante.

En la segunda etapa, de arranque, las cosas siguieron con idénticas matices a la primera. Un Racing buscando sentenciar la historia y un Las Palmas aferrado a sus individualidades y a su propuesta de verticalizar el juego, sobre todo por el resultado parcial que le era adverso. La academia se fue diluyendo y la visita tomando protagonismo lentamente. A esa altura, José Díaz veía como los volantes por afuera de la visita le ganaban la espalda, y en ese mano a mano que planteaba Chiatti entre el ex Arsenal y Ocampo, el de Racing perdía mucho mas de lo que ganaba.

El mérito de Racing seguía siendo mantenerlo a Gotti lejos de los centrales. Si bien la diferencia era exigua, daba la sensación de que el partido estaba controlado. Pero llegó, para mi, la jugada bisagra en el partido. Una infantil e innecesaria falta de Nicolas Arguello en campo rival terminó con una tarjeta amarilla para el media punta académico y la posterior expulsión. Si bien la primera amarilla fue injusta (Nota: recibió una amonestación en el primer tiempo tras una agresión del arquero Chiatti a Pavón en la que Arguello no tuvo participación) ésto no exime de responsabilidad al ex Atalaya, porque aún sabiendo que estaba amonestado, cometió una falta innecesaria y debió irse a los vestuarios antes de tiempo dejando a sus compañeros con uno menos.

Para colmo de males en la jugada posterior, un tiro libre que cayó de manera frontal al área de Silva terminó con una mala salida del "1" académico y la aparición en soledad del goleador, Gustavo Gotti, quien solo tuvo que empujarla de cabeza y decretar el empate parcial: 1-1. A partir de ahí la historia cambió sustancialmente. El dueño de casa acusó recibo por el golpe y quedó shockeado; de contraataque Las Palmas estuvo a centímetros de llevarse los tres puntos en mas de una oportunidad, y de no ser por la intervención providencial de Martin Silva faltando un par de minutos, quizás hoy estaríamos cronicando una derrota.

Los técnicos no acertaron con los cambios, y mas allá de que la roja a Arguello condicionó todo, uno no entiende como éste Racing no tiene la capacidad de cambiar sobre la marcha el planteo y buscar alternativas en el mismo partido como para torcer la historia. Este equipo juega sin volante por derecha, por ejemplo, y tiene indefectiblemente que improvisar: Cuello la semana pasada, García hoy... es todo un síntoma ese.

Las cosas tienen que cambiar, Racing no está cumpliendo con las expectativas y la obligación de ser el equipo mas grande de la categoría y termina los partidos (con 9 de Julio y hoy con Las Palmas) pidiendo la hora y valorando el hecho de no perder: increíble. Tiene tiempo de dar un golpe de timón, pero para eso es necesario encauzar el barco y evitar que los problemas externos sigan salpicando a éste plantel que ha hecho de la templanza y la unión una de sus principales virtudes. La deuda pendiente es lo futbolístico, porque en éstas cuatro primeras fechas el equipo nunca apareció y eso ya es alarmante. Se viene otro viaje largo a La Rioja, situación propicia como para empezar a saldar deudas de una vez por todas.

0 comentarios:

Publicar un comentario