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sábado, 21 de diciembre de 2013

A manera de introducción, me permito titular éste sencillo homenaje a los jugadores de la generación del 80, igual que aquella famosa tapa de El Gráfico, post mundial de italia 1990.



Hoy martes 21 de diciembre se cumplen 33 años de la final entre nosotros (Racing) y Rosario Central, a posteriori el sub Campeonato académico en aquel Torneo Nacional de 1980. Dicen los memoriosos que hubo pocos equipos como ese, no hay hincha ni simpatizante del fútbol en general, que no hable maravillas de ese Racing, tan inolvidable y tan injustamente "sub", palabra de mierda si las hay.

Es muy dificil empezar. Uno gracias a Dios tiene la dicha de sentirse un pedacito de parte en la historia, esa potestad que creemos tener los hinchas de toda la vida por tantisimos años, de alegrias y tristezas, dá igual. Todo comenzó alla por 1978, año en el que llegó a Córdoba, Alfio Basile. Un caudillo del fútbol argentino, un referente como pocos, con una personalidad avasallante, adentro y afuera de la cancha. Eso en su etapa como jugador, porque como técnico en su curriculum apenas figuraba un paso breve por Chacarita.

Digamos que la parada no era tan complicada, fundamentalmente porque las expectativas en Racing pasaban por otro lado, obvio que todos compiten para ganar, pero hay objetivos mucho mas trascendentes que aventurarse a una utopía. Para el club en esos años, era mas importante foguear jugadores, potenciar lo propio, y para eso se lo trajo a Basile. Quizás esa personalidad de la que hablábamos en el párrafo anterior, sería determinante para tal fin.

Pocos saben que el debut del Nacional del ´78 se produjo un 4 de noviembre en La Paternal ante el mismisimo Argentinos Juniors de Maradona, el resultado fue 1-0 en contra y el gol lo convirtió el "10". Fue dignísima la campaña académica en ese torneo, si bien no se logró clasificar a la fase siguiente, las expectativas fueron ampliamente cubiertas. A modo de anécdota, repasamos el equipo titular en ese partido inicial: Ramos; Oropel, Coloccini, Rodriguez y Espósito; Lopez, Maldonado y Giuliano; Scalise, Marangoni y Díaz.

Con la sensación de haber capitalizado esa experiencia nacional, se encaró la competición local con todo; finalista en el Apertura y campeón en el Clausura habla a las claras de la magnitud y el poderío de aquel Racing. Ya iniciado el 80, lo que le dá el pasaporte al Campeonato Nacional que se evecinaba, fue la obtención del "Oficial" de la liga cordobesa.

El objetivo ya no era sólo acunar experiencia, el objetivo era llegar lo mas alto posible con un plantel netamente surgido de inferiores, reforzado con algunos "foráneos" pero cien por ciento comprometidos con la causa. Si total soñar no cuesta nada, si el sueño por trascender tenía un sólido sustento en un equipo que vapuleaba al rival de turno, que llenaba los ojos de su gente con buen fútbol y practicidad, respetando un estilo auténtico y genuino.



La Comisión Directiva encabezada por Mario Spirópulos revolucionó el "modus operandi" de anteriores dirigentes del fútbol de Córdoba. Y es que "el griego" prácticamente vivía en la AFA, y los vínculos entre ésta humilde institución y la entidad madre se hicieron cada vez mas estrechos. Astuto como pocos, cuentan que Spirópulos le obsequió hasta tapados de pieles a las esposas de los popes de AFA, incluída la del mandamás, Julio Humberto Grondona.

Suena trivial la anécdota pero creanme que expandirse a nivel nacional, fue estrategicamente impecable. Acostumbrados a manejarse desde "casa", la movida despertó adhesiones y críticas, pero las cartas ya estaban echadas, y el "loco Mario" (ésto dicho con el mayor respeto) era un genio para esos menesteres. Dejar de ser Racing de Nueva Italia y pasar a ser Racing de Córdoba fue un verdadero logro.

Compartiendo la Zona "A" junto a Central, Estudiantes de La Plata, Velez, Gimnasia de Jujuy, Racing Club y Atlético Tucumán, la académia tuvo un inicio esperanzador. Arrancó ganándole al "Pincharrata" en Córdoba 1-0 con gol de Mario Tapiero. Ganó los dos siguientes también y sorpresivamente dejó el invicto en el Miguel Sancho tras caer 1-0 con Chaco For Ever en el Interzonal. A eso le sobrevino una goleada en contra en el Jose Amalfitani y los viejos fantasmas quiseron copar la parada, pero la gran victoria en Avellaneda contra el "otro" Racing trajo tranquilidad.

La goleada al Atlético Tucuman, la "vendetta" con Velez en Córdoba y con algunas derrotas en el camino, se llegó al último partido de primera fase con la necesidad imperiosa de ganar para clasificar. En Nueva Italia, Racing golea 5 a 1 a su homónimo de Avellaneda y clasifica a Cuartos.



Tras pasar sin demasiados sobresaltos la llave ante Argentinos Juniors, el pico máximo en cuanto a rendimiento y efectividad llegaría en la primera semifinal. Allí golea en un Estadio Córdoba repleto al Independiente de Bochini por 4 a 0 en un partido memorable, con baile incluido. La revancha fue para los rojos 5 a 3 pero no les alcanzó.

En la otra llave de semis, el Central de Zof dejaba en el camino a su acérrimo rival (Newells) y se  veían nuevamente las caras, ésta vez en la final, nada mas y nada menos. La ida se jugó en Rosario y fue para el "canalla" por 5-1, el resultado final fue mentiroso, porque la academia le jugó de igual a igual y no mereció caer tan estrepitosamente. Tal es asi que a 25 minutos del final, los rosarinos ganaban 2-1 y estuvimos ahí de empatar, pero nos liquidaron de contra y practicamente sentenciaron la serie.

En la vuelta, decenas de miles de personas llenaron el Chateau a la espera de un milagro que nunca llegó. Fue 2 a 0 para Racing con goles de Oyola y Gasparini pero de nada sirvió, la abultada diferencia en el partido de ida le impidió ser campeón. Lo que no impidió es que ese equipo quedase en la historia, en la memoria y en el anecdotario de todos y cada uno de nosotros.



Porque a pesar de haber pasado ya 33  años, estoy convencido que ningun hincha académico desconoce lo que fue aquella fenomenal camada de jugadores, cuerpo técnico y dirigentes que pusieron el nombre del Club Atlético Racing en lo mas alto del fútbol argentino. Y lo mas loable es que se logró con pibes del club, que jugaban casi de memoria y sentian la camiseta como nadie. Decir Ramos, Del Mul, Noriega, Coloccini, Vivanco, Lopez, Aramayo, Oyola, Gasparini, Amuchastegui, Ballejo, Maldonado, Urruti y Molina -entre otros- es sin dudas referenciar al Racing cordobés, ese que se hizo grande, en parte por obra y gracia de todos ellos..

Nuestro humilde homenaje en los flamantes 89 años de vida de nuestra amada institución, recordando el momento cumbre al cumplirse hoy tres décadas y pico de aquella final con un grupo de jugadores que aún hoy pertenecen al selecto grupo de ídolos, esos que cada tanto vemos en las plateas del Miguel Sancho sufriendo a la par nuestra. Es que al fin y al cabo son tan hinchas como cualquiera. Salud héroes, gracias por tanto..!


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